“Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran cielito lindo los corazones.” Esta es la melodía de una canción que ha estado en boca de la mayoría de mexicanos a través de la historia. Tanto en los buenos como en los malos momentos, Cielito Lindo se ha convertido en el himno no oficial de los mexicanos. Esta canción ha demostrado unidad entre nosotros desde partidos de fútbol, hasta la tragedia del sismo en 2017. Muchas personas, incluyéndome, perciben estos versos como símbolos patrios.
Existen muchas teorías sobre el origen de esta canción. De acuerdo con la BBC, “el ‘himno informal’ de los mexicanos fue compuesto en 1882 por Quirino Mendoza, un músico del barrio de Tulyehualco, en Xochimilco, en la Ciudad de México.” Sin embargo, también existe la creencia de que esta canción en realidad fue escrita por españoles en la época del Virreinato. Ya que la letra hace referencia a la “Sierra Morena,” Sierra que se encuentra en Andalucía, España.
Sea cual sea el origen de esta canción, una cosa sí podemos dar por sentada: los mexicanos hemos adoptado estos versos en nuestra tradición, sobre todo en los eventos más importantes. Tanta es la alusión hacia los mexicanos, que personas alrededor del mundo llegan a reconocer esta canción como parte de nosotros. He de admitir que incluso han habido ocasiones en donde la gente me llega a preguntar acerca de una canción famosa que los mexicanos cantamos cuando festejamos. Y por supuesto mi respuesta siempre ha sido: “Mi querido y amado Cielito Lindo.”